11. Y ante la muerte... qué

II – Llamados a la vida en plenitud

Sesión 11. Y ante la muerte… qué

NOTA: Proponemos que esta sesión se introduzca cuando haya habido alguna experiencia de muerte cercana en alguna de las familias, cuando por alguna razón, los niños hayan empezado a hacer preguntas… o cuando el animador lo considere oportuno.

Descripción

La muerte es un tema que tarde o temprano nos toca. Siempre nos “pilla” de sorpresa, siempre nos deja sin palabras. Cuando hablamos con los niños, muchos de nosotros nos sentimos incómodos porque no tenemos todas las respuestas. Sin embargo, necesitamos afrontarlo de una manera razonable, personalmente y en familia. En esta sesión abordaremos este tema de la muerte desde la confianza que ponemos en el Dios de Jesús.

Objetivos generales del itinerario

Adultos

Identificar en Jesucristo el modelo de plenitud del ser humano posibilitado por la acción del Espíritu (Dimensión catequética)
Descubrir la dimensión trascedente de la vida que posibilita la apertura al misterio de Dios desde la tradición de Jesús (Dimensión conversión)
Tomar conciencia de las opciones y valores sobre los que construyo mi vida y los que ofrezco a mis hijos (Dimensión conversión)
Descubrir que la experiencia cristiana tiene implicaciones en la vida personal y social (Dimensión conversión)

Niños

Abrirse a la dimensión trascendente (Dimensión conversión)
Experimentar el vínculo afectivo de confianza con Dios Padre y con Jesús (Dimensión conversión)
Familiarizarse con el lenguaje que llama a Dios Aita / Padre (Dimensión catequética)

Objetivos de la sesión

Adultos:

Tomar conciencia de que la realidad de la muerte me interpela y me cuestiona.
Ante ella elaborar nuestras propias respuestas iluminados por el Evangelio.
Escuchar y atender las preocupaciones de los niños ante el tema del mal, de la muerte…

Niños:

Expresar qué situaciones me ponen triste, me hacen sufrir.
Experimentar que Dios Padre nos quiere.
Confiar en que Dios quiere que seamos siempre felices.

Esquema

Presentación. Todos juntos dedicamos cinco minutos a ver quiénes hemos venido hoy a la reunión y a ver cómo venimos. A continuación, escuchamos todos juntos el cuento “¡No es fácil, pequeña ardilla!” y tras ver el cuento, se separan mayores y pequeños.

Con los mayores se establecerá un diálogo sobre la experiencia de haber vivido la muerte de alguien cercano y cuál es la propuesta de sentido que ofrece la fe cristiana. Y, con la lectura de un texto, se abordará cómo dialogar y afrontar este tema con los pequeños.

Los niños trabajarán el contenido del cuento y lo que significa.

Terminaremos con un momento todos juntos, en el que, como símbolo de vida, cada familia plantará una semilla.